Desde Solidaridad denunciamos públicamente la alarmante gestión del Ayuntamiento de Ciudad Real en su programa de control de plagas, tras las revelaciones del grupo municipal VOX y las imágenes difundidas por la televisión municipal CRTV. En lugar de esclarecer los hechos, el Ayuntamiento, junto con los sindicatos CCOO y CSIF, ha optado por atacar a quienes han puesto en evidencia una posible mala praxis con consecuencias graves para la salud pública y la seguridad laboral.
Las imágenes muestran el uso de biocidas altamente tóxicos vertidos directamente al agua —una práctica expresamente prohibida—, lo que puede provocar una contaminación ambiental irreversible y un riesgo evidente para la fauna, los vecinos y el ecosistema del río Guadiana. A ello se suma el uso inadecuado de pulverizadores para tratar cucarachas, una técnica desaconsejada por el propio Ministerio de Sanidad por su capacidad contaminante.
Más grave aún es la duda razonable sobre la cualificación del personal aplicador. Según la normativa, los tratamientos deben ser diseñados por un técnico de nivel 3 y ejecutados por operarios con acreditación de nivel 2. Sin embargo, el Ayuntamiento no ha demostrado que su plantilla cuente con dichas titulaciones, y ni CCOO ni CSIF han exigido pruebas de ello, convirtiéndose así en cómplices de una posible ilegalidad.
Desde Solidaridad solicitamos públicamente que el Ayuntamiento y los sindicatos CCOO y CSIF aporten el listado de certificados profesionales del personal implicado en estas labores. No solo por cumplimiento normativo, sino por la seguridad de los propios trabajadores, quienes, según las imágenes, ni siquiera contaban con los Equipos de Protección Individual (EPIs) requeridos para la manipulación de productos químicos peligrosos.
Exigimos la dimisión inmediata del concejal de Servicios a la Ciudad, Gregorio Oraá, por una gestión irresponsable y opaca que pone en riesgo la salud de los trabajadores y de toda los vecinos. Los sindicatos, lejos de velar por la seguridad y derechos de los operarios, han optado por proteger al poder político que los mantiene, dejando desamparados a quienes deberían defender.
Solidaridad se reafirma en su compromiso de ser la voz de los trabajadores, frente al silencio cómplice y la dejación de funciones de los sindicatos del sistema. La salud pública y la protección de los trabajadores no son negociables.
¡Basta ya de chapuzas en la gestión pública!