Desde Solidaridad celebramos una nueva victoria frente a la persecución sindical que sufre nuestra compañera y delegada Natalia P.R, trabajadora del Servicio de Ayuda a Domicilio del Ayuntamiento de Ontígola (Toledo).

El consistorio pretendía imponerle una sanción por falta grave, acusándola de abandonar su puesto de trabajo el pasado 28 de marzo. Sin embargo, gracias a la determinación y firmeza de nuestra compañera, que actuó movida únicamente por su deber moral y legal de auxiliar a una vecina en situación de desamparo, el Ayuntamiento ha archivado finalmente el expediente sancionador, reconociendo la falta de intencionalidad disciplinaria en su actuación.

En sus alegaciones, Natalia expuso con claridad que, tras acompañar a una usuaria hasta el portal de su vivienda y con su consentimiento expreso —consentimiento que incluso grabó como prueba—, acudió a socorrer a una vecina con Alzheimer que deambulaba desorientada por la vía pública. Con ello, cumplió su deber de auxilio, recogido en el Código Penal, y actuó conforme a los valores más fundamentales del compromiso sanitario y humano.

El Ayuntamiento ha reconocido en su resolución que no aprecia conducta sancionable, aunque lamentablemente haya tardado varios días en aceptar lo evidente: que Natalia actuó con responsabilidad, profesionalidad y humanidad.

Desde Solidaridad denunciamos que este expediente fue solo una muestra más del acoso socialista y hostigamiento al que se ve sometida Natalia desde que fue elegida delegada sindical. No toleraremos ningún ataque a nuestros representantes, y seguiremos defendiendo cada derecho, cada puesto de trabajo y cada compañero que sea injustamente tratado.

Solidaridad está donde otros callan.