Nestlé, la empresa alimentaria que deslocalizará su producción de Gerona a Vietnam, deja en el aire el futuro de 42 empleados de la planta N81, que dejará de fabricar el café descafeinado a partir de 2023. La empresa, que comunicó el cierre efectivo de la planta a partir de enero de 2023, y que se llevará la producción fuera de España, dejará sin alternativa a muchos trabajadores que llevan más de 20 años trabajando para Nestlé.
La fábrica, que fue construida en 1968, abastece a todo el mercado español y portugués, además de exportar importantes volúmenes a Europa, América, Asia, África y Oceanía. Aunque Nestlé ha asegurado que recolocará a estos trabajadores, lo cierto es que no ha concretado el lugar ni las condiciones.
Sindicatos y políticos como Miriam Pujola, portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Gerona, estuvieron presentes en la protesta para mostrar su rechazo a la deslocalización, considerando que “la mejor opción es continuar la producción del café descafeinado en Gerona sin cambiar las condiciones laborales”.
Desde el sindicato Solidaridad consideran que “es lógico oponerse a la deslocalización de la producción que está sufriendo la industria en todo el territorio nacional” aunque, subrayan, “no es tan lógico apoyar las causas que lo permiten, como son la Agenda 2030 y sus postulados climáticos que provocan la pérdida de soberanía energética y la desindustrialización de España”. Resulta una contradicción, apunta Rodrigo Alonso, “que los mismos que apoyan el Globalismo, su Agenda 2030 y el fanatismo climático se quejen de la pérdida de tejido industrial”.
Estas declaraciones del secretario general son muy certeras, ya que todos los partidos políticos y sindicatos -a excepción de VOX y Solidaridad- son culpables de aceptar y apuntalar políticas suicidas en materia energética que repercuten de forma muy negativa en la industria española, y llevan al paro y a la precariedad a miles de trabajadores y sus familias. Desde la cuenta de Twitter de Solidaridad señalaban directamente a los “partidos progres, de izquierda y derecha”, como culpables de la deslocalización y la destrucción de empleos.
Este anuncio realizado por Nestlé, que cogió por sorpresa a toda la plantilla de trabajadores, aun no se ha concretado, pero los trabajadores de Nestlé, como es normal, no están dispuestos a perder su puesto de trabajo y sus derechos laborales. Los trabajadores, según afirman desde Solidaridad, “necesitan un sindicato que les defienda frente a los intereses de la empresa. Los trabajadores no pueden estar solos para negociar con la empresa, y necesitan una herramienta que les ayude a conservar su puesto de trabajo y sus derechos. Nosotros nos oponemos a la Agenda 2030 y apostamos por la derogación de toda legislación climática que afecte negativamente a nuestra industria y, por tanto, a sus trabajadores”.