Solidaridad denuncia la desprotección de los vigilantes de seguridad privada.
El sector de seguridad privada viene demandando de forma permanente una mayor protección, ante la situación de falta de seguridad y agresiones que sufren los vigilantes de seguridad y que ponen en grave riesgo su integridad física.
Son alarmantes los datos de delitos acontecidos durante el verano en las fiestas locales de muchas ciudades, pero es la falta de recursos y medios lo que coloca a los agentes de seguridad privada en una situación de máximo riesgo. Solidaridad denuncia la desprotección de estos profesionales ante bandas criminales que, portando cuchillos de gran tamaño, aprovechan la falta de material y personal adecuado para cometer actos violentos.
Solo dos vigilantes de seguridad para controlar un concierto gratuito.
Un ejemplo de esta preocupante situación la vivió en Valencia, en las fiestas de Bétera, uno de los delegados sindicales de Solidaridad. Durante un concierto gratuito, solo dos vigilantes de seguridad fueron asignados para controlar a la multitud que se congregaba en las inmediaciones de la estación.
La falta de colaboración y apoyo por parte de la administración generó un ambiente propicio para situaciones complicadas, incluyendo robos y peleas provocadas por miembros de bandas que portaban armas blancas de gran tamaño.
Los profesionales de la seguridad privada necesitan una mayor protección
El sector de seguridad privada está claramente necesitado de una mayor protección, que permita dignificar la profesión y mejorar el cumplimiento de sus funciones. Es necesario abordad de forma definitiva una mejora en la protección de si estatus profesional, protección material, protección laboral y en materia de formación.
Los vigilantes de seguridad viven con el temor constante de que una actuación entendida por la empresa como mal ejecutada pueda costarles su empleo. La incapacidad de las administraciones para proporcionar un entorno seguro repercute en la tranquilidad y bienestar de muchos trabajadores.
Rodrigo Alonso ha declarado que “es urgente abordar este problema cada vez más habitual en toda España mediante la asignación adecuada de recursos materiales y humanos, el reconocimiento como agentes de la autoridad y la colaboración entre todas las partes involucradas en garantizar la seguridad de los eventos”, añadiendo también que “solo a través de esfuerzos conjuntos se puede garantizar la seguridad tanto de los agentes de seguridad privada como de los ciudadanos que merecen unas fiestas tranquilas y seguras”.